Marcos Velázquez, invidente que concluyó el Iromán de Campeche

Con el esfuerzo en conjunto y hacia un mismo objetivo trazado pese a la adversidad, el invidente Marcos Velázquez una vez más demostró que no hay límites y este domingo concluyó el Ironman 70.3 Campeche 2018.

Con 52 eventos deportivos afrontados, el capitalino, más que orgulloso, afirmó que disfrutó bastante del hecho de competir en esta localidad del sureste mexicano al lado de su amigo y guía, Max Leonardo.

Una plática y una invitación pactada en cinco minutos unió a esta pareja para concluir en más de ocho horas los 1.9 kilómetros de natación, 90 km de bicicleta y los 21.1 km de carrera pedestre.

Más allá del resultado quedó la satisfacción de cumplir con este nuevo reto, en el que vivió inconvenientes como el hecho de que tres veces se ponchara la llanta de la bici, pero superó el problema.

“Disfruto el lugar, disfruto sobresaliendo en el deporte”, indicó el atleta de alto rendimiento, quien radica en Quintana Roo.

“Fue la primera vez con mi guía en este evento, se nos ponchó la llanta tres veces, emocionalmente te afecta pero terminamos. En la bicicleta íbamos bien, se ponchó la llanta, me apagué, mentalmente me costó trabajo, pero acabamos”, dijo el único competidor ciego de este Ironman.

Por salud y el hecho de romper límites lo llevó a convertirse en un atleta, pesaba 110 kilos y hoy en día pesa 88, “es algo que me satisface, físicamente me siento bien, a gusto”.

Hacía crossfit pero nadar, andar en bicicleta y correr le gusta más y tiene la fortuna de haber encontrado la pareja ideal; eso sí “lo importante del guía es que sepa que me va a ayudar a terminar este triatlón, que haya una química increíble, que disfrutemos la aventura, soy un atleta de alto rendimiento, quiero inspirar a la gente, emocionarla”.

Velázquez Álvarez perdió la vista a los 14 años a causa de un golpe en la cabeza que le desprendió la retina, más allá de quejarse subraya que “afortunadamente perdí la vista porque a mi mamá le sacaba canas verdes”.

Ahora que se dedica al ejercicio, además de ofrecer conferencias de motivación y superación, ve cosas positivas el correr junto a alguien y que es una ventaja sobre el resto que va solo.

“Cuento chistes cuando vamos en la bicicleta, me encanta divertirme rebasando gente porque vamos dos y aceleramos más, pero también tiene su desventaja porque pesamos más. Todo el trayecto vamos juntos y las otras personas van solas, no nos aburrimos”, señaló.

El tráfico de la Ciudad de México lo llevó a decidirse a radicar en Quintana Roo pero dejó en claro que “jamás voy a hablar mal de México, solo fue el tráfico”. Tiene un hijo de 17 años también deportista y cuenta con 44 años de edad por lo que “todavía tengo vida deportiva”.

Agradeció y se dijo emocionado por otro logro para despedirse durante la ceremonia de premiación en el Baluarte de San Carlos.

Notimex/Foto tomada de Iroman