La historia de vida de la niña campeona de gimnasia con Síndrome de Down

Este martes 21 de marzo se celebra el día mundial del Síndrome de Down bajo el lema “un día para celebrar y 365 deseos por cumplir”. Por eso, en el marco de esta conmemoración, las historias de personas que con esta condición han roto mitos son protagonistas.

A pesar de que el síndrome de down es causado por alteraciones genéticas y quienes lo padecen necesitan más apoyos y otros tiempos para realizar actividades cotidianas, muchos han sido ejemplos de superación. El estadounidense Emmanuel Joseph Bishop, por ejemplo, con síndrome de down domina cuatro idiomas (inglés, español, francés y latín), toca el violín y dirige orquestas sinfónicas por todo el mundo. Aprendió a leer cuando tenía 24 meses y a los tres años leía tarjetas en francés en un colegio de Illinois, en Estados Unidos.

La mexicana María Bárbara Wetzel Aguilar, quien también tiene la misma condición que Bishop, es una gimnasta de 11 años de edad que en 2015 se llevó el oro en el Campeonato Mundial de Gimnasia Artística Femenil en la categoría junior de la Organización Internacional de Atletas de Gimnasia con Síndrome de Sown (DSIGO), superando a países como Rusia e Italia.

xeu noticias platicó con su madre Monica Aguilar, quien nos cuenta su historia:

“A mi nunca nadie me aviso que mi niña podría tener síndrome de down y mucho menos, había complicaciones propias de cualquier embarazo, donde yo aparte era mamá primeriza, a todo le ponía mucha atención, siempre estuve muy al pendiente, yo sí vi que había un desfase en el crecimiento del radio, que había un desfasamiento de 15 días, entonces si iba con el medico y le decía 'creo que hay algo mal por aquí', y el medico me decía que no, pues que era normal, que todas las que estamos embarazadas estamos muy al pendiente”, compartió.

“Pues ya después de que nace "Bibi" me hace el comentario el pediatra y me dice que tiene una noticia que darme, me dijo que había posibilidades, a su juicio, de que la niña tuviera síndrome de down por las características que tenía, la nariz chiquita, los ojos chiquitos y separados y medios chinitos, las orejas chiquitas y el brazo chiquito, pues yo dije no creo que sea porque yo tengo la nariz chiquita las orejas chiquitas”, agregó.

“Aparte te lo dan como si fuera una noticia mala, porque hay todo este prejuicio que la sociedad ha impuesto en la palabra síndrome, yo la veo perfecta, la veo preciosa y vamos a esperar a ver que dicen los resultados, pues ya llegaron los resultados y salen positivos que María Barbara pues ya salió que tenía síndrome de down”.

¿Fue difícil cuando le confirmaron que su niña padecía este síndrome?

“Pues de inicio, te digo que como hay muchos tabús (sic), no es de que fuera difícil, si hubo como uno o dos momentos en el que si se me llegaba a apachurrar el corazón, no tanto por el ella, sino por el prejuicio de la gente al rededor del síndrome, entonces yo si decía pobresita, mucha gente no la va a querer por el simple hecho de tener síndrome; eso si llegaba a que me diera cierta tristeza, fueron contadas esas ocasiones porque mi familia fue una familia maravillosa en el sentido de que cuando María Barbara llegó fue un festejo total, entonces no hubo oportunidad en la familia de que hubiera lugar a depresión, todo era una fiesta al rededor”.

Doña Monica comentó que desde los tres meses su hija fue a terapias para desarrollar sus capacidades, también que asistió a escuelas regulares.

“María Barbara fue creciendo y a la hora que tocaba entrar al kinder, pues se tomo la decisión que entrara a un kinder regular, porque todos nos desarrollamos por imitación, entonces yo dije, pero si el mundo afuera es un mundo variado, yo no la voy a segregar para que después quiera que me la incluyan, siempre fui de la filosofía que todos somos parte del mundo, que no hay mayores diferencias entre unos y otros y todos debemos estar como mezcladitos, entonces entró a su kinder regular con el objetivo y siempre viendo a futuro de que no fuera a haber un rechazo en primaria, porque en muchos kinders que la llevaba me decían pues en kinder si te la admito, pues como que ya me iban previniendo que en primaria no, pues yo decía lo que teníamos que hacer es irnos adelantando, no va a haber ninguna razón, ningún motivo para que me la rechacen”.

“Entonces nos enfocamos en que no hubiera esa oportunidad de que la niña tendría que salir leyendo y escribiendo de kinder, sabiendo lo básico que deben de saber los niños (...) Efectivamente a la hora que ella entre a su escuela regular, que entro a la escuela La Salle de Coatzacoalcos, fui les enseñé lo que María Barbara hacia tomo una clase muestra y yo vi que se sintió a gusto en su escuela y allí se quedó”.

Señaló que su plan de estudios siempre fue el mismo que los demás niños, porque doña Monica habló con la dirección de la escuela que a su hija la trataran completamente igual que a los demás.